¿Cómo velar por la seguridad en un retorno presencial a clases?

13 enero, 2021
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Ante un eventual retorno presencial de los estudiantes a las aulas, resulta clave implementar una serie de medidas destinadas a potenciar la seguridad de la comunidad escolar en su conjunto. Además de protocolos sanitarios, auditorías y controles, capacitaciones e implementación de tecnologías son parte de las acciones recomendables de concretar.

Por Carlos Pérez Vargas, psicólogo y socio Augura Advices.

Nuestras autoridades sanitarias se encuentran implementando en forma proactiva una serie de acciones y medidas especiales para reducir los contagios de Covid 19 en nuestro país, al tiempo que nos advierten sobre un rebrote que podría tener su máxima expresión en la segunda quincena de enero o en el mes de febrero, hecho que complica las vacaciones y las actividades propias del período estival.

La pandemia iniciada en nuestra región el primer trimestre del 2020 no solo se llevó cientos de vidas humanos sino que además afectó el aprendizaje de millones de niños y jóvenes en etapa escolar, situación que puede ocurrir nuevamente el presente año. Si bien ya hemos iniciado nuestro plan de vacunación en aquellas personas consideradas como críticas, nadie puede asegurar que este alcanzará una cobertura suficiente en la población total antes del supuesto retorno a clases en formato presencial.

Protocolos sanitarios y mecanismos de auditoría y control

Dicho eso, es imperativo que nuestras autoridades gubernamentales no solo definan e implementen los protocolos necesarios para el adecuado y seguro regreso a clases de alumnos, docentes y otros colaboradores, sino que además establezcan los mecanismos de auditoría y control que contribuyan a la anhelada continuidad operacional de los establecimientos educacionales a pesar de la actual crisis y así no continuar afectando el aprendizaje de millones de estudiantes. Sin duda alguna, esta no es una tarea fácil, ya que en primer lugar los volúmenes de personas que se requiere administrar son significativos, aspecto que se complejiza aún más al considerar que la gran mayoría de ellos son menores de edad. Adicionalmente, la multiplicidad de posibles contactos de Covid 19, factible en los establecimientos, es un tema no menor y si a ello le sumamos la necesidad de realizar modificaciones en su infraestructura con el consecuente impacto financiero, lo hace aún más difícil de llevar adelante.

La experiencia de las últimas semanas en Europa, en particular aquellas ciudades que intentaron el retorno a las actividades presenciales nos demuestra que la situación no es posible de lograr, si solo es abordada con mascarilla y algo de alcohol gel. Se requiere de la implementación de modelos de intervención que sean capaces de abordar desde el prisma de la convivencia escolar en pandemia, y con ello me refiero a todos los actores reunidos en este gran desafío, es decir alumnado, docentes / asistentes de la educación, centros de padres – apoderados y alumnos, es decir, la comunidad escolar como un todo.

Al igual que en todo proceso de transformación organizacional donde se requiere gestionar el  cambio, el retorno a las actividades presenciales en el mundo educacional nos exige la creación de diversos planes de capacitación cuyo objetivo central no solo consista en potenciar el desarrollo de las conductas seguras y autocuidado que son necesarias implementar en el día a día, sino que también evaluar el adecuado nivel de conocimientos adquiridos por los alumnos sobre el correcto uso e implementación de los protocolos de prevención, así como la necesidad de incorporar tecnología disponible que ayude a cumplir la tarea.

Docentes y autocuidado

Complementario a lo mencionado, existen dos aspectos que no deben quedar ausentes. Primero, el implementar desarrollos tecnológicos tales como Declaraciones Preventivas de Salud, ya que contribuyen de manera certera a cumplir la prevención y, segundo, la implementación de planes de liderazgo para docentes, con la finalidad de fomentar sus habilidades de conducción de personas tanto en sistemas presenciales como virtuales, puesto que ellos son los principales llamados a transmitir y modelar en el alumnado y toda la comunidad escolar la importancia de las conductas de autocuidado.

Por último, la contención emocional de padres y apoderados, quienes han vivido directamente las modificaciones conductuales que han experimentado sus hijos e hijas producto de los meses de encierro o cuarentenas, hace necesario proporcionarles herramientas desde la psicología educacional y los principios educativos para que puedan guiar adecuadamente la conducta de éstos.

La amenaza de un posible rebrote nos debe colocar alertas si no queremos continuar afectando la calidad del proceso educativo de alumnos de todo nuestro país.

 

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