1/6 de trabajadores de la salud desarrollará un trastorno psicológico ligado a la pandemia

30 julio, 2020
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Junto con destacar el rol de los funcionarios de la salud en combatir el Covid-19 y la necesidad de que baje su sobrecarga física y mental, Beatriz Arteaga, Directora Escuela Técnico Nivel Superior Enfermería de Universidad de Las Américas (UDLA), enfatiza el papel que deben jugar los empleadores para un retorno seguro de sus colaboradores al trabajo presencial.

Por Claudia Bravo Cid.

¿Cuál es su evaluación del nivel de seguridad ocupacional que han tenido los funcionarios de la salud?

Es tremendamente destacable el rol y la forma en que todo el personal de salud se ha desempeñado en esta crisis sanitaria mundial. Comienzo esta respuesta brindando el merecido reconocimiento a todo el equipo de salud, debido a que las políticas de salud pública, así como toda la red asistencial del país, se han esforzado por dar cumplimiento a los objetivos sanitarios de la última reforma de salud del año 2005, prioritariamente con lo relacionado a la calidad y seguridad de la atención, sin embargo,  estas estrategias no incluían el manejo de una eventual pandemia, que ha sido un durísimo suceso mundial que ha azotado con mucho dolor y sufrimiento a todos.

Ningún país, ningún servicio de salud, ni público ni privado, estaba preparado para esta desmedida crisis de salud pública, lo que generó una adecuación sobre la marcha de la reglamentación, los protocolos y normativas que la autoridad sanitaria disponibilizó a los servicios de salud, apoyada de la mejor evidencia científica disponible, que, por cierto, era escasa y aún lo es.

Lamentablemente, y pese a todas las medidas establecidas e implementadas en el manejo de Infecciones Asociadas a la Atención de Salud (IAAS) con precauciones específicas y estándares, fue inevitable el contagio del personal de salud y aquí es importante subrayar las medidas dirigidas al manejo de pacientes sospechosos “sintomáticos” o contagiados, dejando de lado aquellas personas portadoras asintomáticas, cuyas medidas de prevención, en lo que se refiere al uso de elementos de protección personal, fueron menos rigurosas o estrictas en todos los niveles de atención. En dicha situación, están involucrados todos/as los/as funcionarios/as que integran los equipos de salud en las diferentes áreas de desempeño, principalmente quienes tienen responsabilidad de atención directa con pacientes o usuarios, en ello, se incluye el personal de aseo y auxiliares de servicios o apoyo, cuyo rol es tan fundamental como lo es el rol del médico.

¿Cómo se ha enfrentado la sobrecarga de trabajo físico y mental de los funcionarios de salud?

Debido a que no había una planificación estratégica en materia de salud pública para enfrentar una eventual pandemia, la autoridad sanitaria generó transformaciones importantes en el ámbito administrativo del personal de salud y en los procesos clínico-asistenciales, significando importantes cambios en la reorganización de los sistemas de turnos del personal, así como también, el congelamiento de algunas prestaciones que por ley se debían realizar. Ejemplo de ello son las metas sanitarias, incluidas las patologías GES, que fueron en gran parte congeladas (no fueron eliminadas), con un retorno y priorización sujeta a la evolución de la pandemia. Otro cambio significativo que se evidenció en el sistema público, principalmente, fue la prohibición de hacer uso del derecho de feriado legal o permisos administrativos que cada funcionario/a tenía, con el fin de resguardar la dotación del recurso humano frente a la avalancha de pacientes infectados de leve, mediana y grave complejidad. En consecuencia, la sobrecarga laboral y emocional ha sido y sigue siendo notable, lo que ha significado para el personal de salud tener que vivir y enfrentar miedos, discriminaciones, incertidumbres y angustias constantes producto de la pandemia.

Esto se atribuye a diversos factores, tales como  la sensación de vulnerabilidad constante por el fantasma  del contagio, evidencia de muertes diarias en los distintos niveles de atención por Covid 19, no poder dar respuesta certera a todas las demandas o preguntas de los usuarios y familias,  sensación de falta de control o de no saber en qué momento esto cesará, ritmo intenso y continuo en la atención de salud que se ha mantenido por más de cuatro meses, manejo confuso de la información en cuanto a cifras a nivel nacional y una demanda exponencialmente mayor a la que había antes de la pandemia, todo lo cual ha provocado grandes tensiones en los equipos de trabajo.

En lo que refiere a carga emocional, se cuenta con algunos estudios que indican que 1/6 de trabajadores de la salud va a desarrollar un trastorno psicológico durante o después de cada episodio ligado a la pandemia. Así también, un 11% desarrollará síntomas de estrés. (Fuentes: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17053338/ y https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19555791/).

Beatriz Arteaga, Directora Escuela Técnico Nivel Superior Enfermería de Universidad de Las Américas (UDLA).

¿Son suficientes las capacitaciones que se imparten a estos trabajadores en temas de prevención y control de infecciones?

Conforme a todo lo descrito en las respuestas anteriores, preciso que un gran desafío pendiente es precisamente fortalecer el área de capacitación a los trabajadores del área de la salud, ya que, producto de la pandemia,  se suprimieron también las capacitaciones presenciales cuyas planificaciones son desarrolladas año a año, de acuerdo con las políticas insertas principalmente en el sistema de salud público, mediante programas de capacitaciones centrales desde cada servicio de salud, como programas locales diseñados en cada establecimiento de salud.

A consecuencia de la pandemia, se sabe que se han implementado en algunas áreas y estamentos capacitaciones online. En ello, puedo destacar el rol que algunas organizaciones han ejercido, como lo es la Federación de Técnicos en Enfermería de Aconcagua que en alianza con la Universidad de las Américas ha desarrollado capacitaciones dirigido a los TENS (Técnicos de Nivel Superior en Enfermería), logrando vía online, capacitar a alrededor de 80 TENS activos del Servicio de Salud  de Aconcagua y también de distintas regiones del país, contribuyendo a la reducción de brechas en materia de capacitación que el sistema no ha brindado por la clara necesidad asistencialista que aún la pandemia demanda y que tiene que ver con el manejo de ella y sus efectos psicológicos, que ha impactado fuertemente en ese importante estamento de Técnicos Profesionales.

¿Cómo evalúa el Plan Paso a Paso del gobierno?

Es evidente que los esfuerzos de las autoridades ahora se han redirigido a tratar de normalizar la vida social y reactivar la economía, respetando las medidas de autocuidado y prevención que esta pandemia requiere y para ello se ha incorporado a distintos actores que meses anteriores se obviaron, como las comunidades científicas, académicas, los municipios, la atención primaria en salud, etc. Esto es un destacable avance, no obstante, hay preocupación e incertidumbre en el hecho de que se cuente con el consciente y responsable apoyo de la población o comunidad en dichas medidas. Lamentablemente se ve aún un escaso fortalecimiento en materia de promoción de la salud a través de estrategias en educación hacia la población. A mi juicio, estas estrategias deberían ser más directas y precisas como autoridad y exponer que el propósito final es erradicar el virus de la población chilena y no el contagio paulatino, considerando la lejana posibilidad aún de una vacuna o fármaco que lo controle.

Por otra parte, es vital y prioritario mejorar las estrategias en trazabilidad y seguimiento de los contagios, cuyo rol trascendental debiese estar a cargo de la Atención Primaria de Salud (APS) aumentando los recursos disponibles, para a su vez, elevar las tasas de testeo en el sistema público, en lo posible no solo para quienes presenten síntomas, sino también para todos los grupos de riesgo (adultos mayores, usuarios institucionalizados, población inmigrante hacinada, etc.)

Finalmente, considero que es imperioso generar estrategias que minimicen la sobrecarga que los funcionarios de la salud poseen actualmente, tanto física como psicológicamente, a través de normativas, reglamentos o protocolos que resguarden la protección de la salud ocupacional.

¿Cómo debería llevarse a cabo el retorno seguro a los trabajos presenciales?

Creo que un futuro desconfinamiento y retorno seguro a los trabajos de manera presencial debe tributar a la normativa vigente en el artículo N° 184 del Código del Trabajo en donde se obliga a los empleadores a “tomar todas las medidas necesarias para proteger la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones de higiene y seguridad en las faenas”. Además, el Decreto supremo N°594, Título II de saneamiento básico de los lugares de trabajo, en el párrafo I, artículo II, señala que los lugares de trabajo deberán mantenerse en buenas condiciones de orden y limpieza, así como también deberán tomarse medidas efectivas para evitar la entrada o eliminar la presencia de insectos, roedores y otras plagas de interés sanitario.

Deben sumarse a estas normativas mencionadas anteriormente, todas las disposiciones que emanan desde el MINSAL y de la OMS, por Pandemia por COVID -19, tales como:

-Medidas de seguridad laboral, con protocolos de higiene para los propios funcionarios que incluya: el lavado de manos frecuente; al inicio, entre y al final de la jornada laboral y si no es posible el lavado de manos frecuente, el uso de alcohol gel, por ejemplo.

Medidas de seguridad laboral, con protocolos de higiene para los recintos laborales por Covid-19, de acuerdo a norma MINSAL. Esto contempla la desinfección diaria de los recintos laborales, tales como oficinas, baños de los trabajadores, casinos o lugares en donde se alimentan o almuerzan, etc.

Técnicas y procedimientos para el uso de elementos de protección personal (EPP) por parte de los trabajadores de acuerdo a las funciones que cada persona desempeña.

Estándares de seguridad relacionados con la prevención de Covid-19 en ambientes laborales que incluyen la separación de los ambientes de trabajo a través de biombos, micas, demarcaciones, etc., para asegurar la distancia física mínima de uno a dos metros entre persona y persona.

Controles de administración de los recintos laborales para favorecer un trabajo ordenado y seguro, que abarquen sistemas de turnos de los trabajadores para el ingreso a las funciones y para los horarios de colación o descanso, según corresponda.

-Finalmente, se recomienda incluir también un programa de capacitación continua en cuanto a medidas de protección y la enfermedad propiamente tal por Covid-19.

 

 

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